LA LIBERTAD COMO MEJOR NUDO

 

Va siendo muy común observar en las (cada vez menos) relaciones actuales el pánico que orbita en el tema de los celos y las infidelidades, sin importar en exceso la franja de edad, el sexo o el origen de la persona.

Hoy, en esta nueva reflexión, me gustaría focalizar el tema a ese pánico globalizado:

En primer lugar, considero de una importancia suprema el hablar sobre la evolución social de estos últimos 30-70 años en lo referente a las relaciones de pareja, o en su caso, la ausencia de estas.

Antiguamente era muy común el comenzar con tu pareja a una corta edad, y mantenerla a lo largo de toda la vida, aspecto que nos vendían como perfecto, por lo menos esa era mi impresión como observador al ver películas de Disney, anuncios de televisión, programas de entretenimiento…, o sin ir más lejos, hablando con mis abuelos.

Pero, ¿Qué está pasando últimamente? ¿Por qué todo ha dado un vuelco de esta manera? Es muy habitual escuchar frases como “disfruta que eres joven y experimenta todo lo que puedas” o del índole de “con la edad que tienes no puedes tener una relación estable aun”.

Y con esto, no me posiciono en ninguno de los dos bandos, nunca consideraré qué forma de actuar es la correcta o la incorrecta, porque como siempre digo, a nivel práctico no soy un ejemplo proyectable.

Me gustaría analizar el por qué de este cambio; por ello, lo achacaré a dos posibles factores.

En primer lugar, siempre he defendido el hecho de que somos lo que aprendemos, lo que copiamos, y sobre todo lo que nos transmiten en nuestro entorno, con lo que planteo una duda, si somos lo que interiorizamos de nuestro entorno, ¿realmente encontraban la felicidad en el pasado estando únicamente con una persona durante toda la vida, o culturalmente era lo que nos querían transmitir buscando una ética depurada?

La sociedad ha ido evolucionando, y las libertades, por fin, han sido compañeras y no contrincantes: poder decidir y no forzar situaciones, elegir sin temor a represalias…, por eso, me hace pensar que lo que nos vendían como “perfecto”, no era más que una religión cultural que debíamos de seguir sin ningún patrón confirmado.

Otro aspecto importante que puede caracterizar este cambio en nuestra evolución es la enorme interacción social gracias a las redes sociales y a los medios de comunicación, esa constante relación de la que por momentos nos sentimos hasta dependientes, hace que tengamos la capacidad de conocer, comparar y valorar muchos aspectos, impensable unos años atrás.

No creo que sea únicamente uno de ellos el detonante de este proceso evolutivo, como en todos los cambios, son el conjunto de aspectos a cambiar unidos los que conforman el cambio.

Por ello, y ya me introduzco en el meollo real de la frase de hoy, no entiendo, o no puedo llegar a entender, que actualmente tengamos tanto pánico a perder una pareja, que sean los celos parte principal de una relación, ¿Por qué? ¿Es quizás por la mayor libertad y mejor comunicación?

Como hablaba en la anterior entrada (“MIEDO A LA SOLEDAD”) considero que es el propio miedo a perder lo que tenemos lo que nos desemboca en todas esas actuaciones o pensamientos, nuestras inseguridades, nuestra baja autoestima, o incluso en algunos casos, la “visión ascendente” cuando miramos a nuestra pareja. Pero, ¿cuáles son los motivos reales de estos miedos? ¿Están fundamentadas esas sospechas? Ojo, si es así, no dudes y termina rápido con esas dudas, nadie merece ser engañado, o sufrir por consecuencia de un amor irreal; pero si no existe esa fundamentación, ¿de qué sirve entorpecer una relación añadiéndole celos a un cóctel posiblemente aceptable?

Considero que son esos aspectos anteriormente mencionados (la libertad y la comunicación) nuestros mejores posibles aliados en la relación de pareja, sobre todo la libertad, somos seres libres (como dice la constitución), por eso, ¿Por qué no usamos esta libertad para sentirnos también libres en pareja? Y no hablo de las relaciones liberales, sino intento ir un paso más allá de lo literal; buscar en la libertad de elección y de acción la capacidad de tu pareja para elegirte siempre. Demostrar que no se equivoca si te elige, que no puede mejorar su estado en pareja, aun pudiendo haber comparado.

No hay que tener miedo a las comparaciones, demuestra que vales mucho, que siempre serías la mejor opción, porque no vas a querer, no vas a cuidar y no vas tratar a tu pareja, como nadie nunca antes lo ha hecho, ni hará.

La libertad como sublimación hasta de la propia libertad – Jóvenes  Construyendo

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