MIEDO A LA SOLEDAD


Hoy me gustaría reflexionar un poco acerca del miedo, como ya sabemos, el miedo es un estado natural de todo ser vivo, algo intrínseco con lo que nacemos, se va definiendo a lo largo del tiempo y con lo que finalmente morimos.

Son muchas las cosas que podrían decirse del miedo, pero hoy indagamos en el miedo a la soledad; como seres sociales que somos, tenemos la necesidad de relacionarnos, de compartir experiencias, vivencias o cualquier tipo de situación ya sea cotidiana o esporádica.


A lo largo de estos años, sobre todo estos últimos años, he podido comprobar la necesidad de algunas personas de compartir tiempo con otras (no desde un punto críticamente negativo, sino desde una perspectiva objetiva), y cuando hablo de compartir tiempo vengo a referirme a una absorción e incluso desaparición del tiempo de calidad individual o de reflexión autónoma imprescindible en el desarrollo personal de cualquiera.

Durante este tiempo, no he especificado sobre ningún tema concreto, pero hoy me veo con la necesidad de desahogarme en cuando al miedo a la soledad que hay a niveles sentimentales (de pareja).

Experimentalmente puedo decir que la vida nos va enseñando a valorar cada detalle de una forma pautada en función de cada persona, es decir, no todos valoramos los mismo ni en la misma medida, y gracias doy por ello, no somos robot predestinados a querer o valorar de igual forma.

Pero bien, ¿qué pasa con las relaciones de pareja? ¿Se respeta y se tiene en cuanta esa “no igual valoración”? Sinceramente, creo que no, vivimos a expensas de gustar y de agradar a la persona con la que compartes esa relación; y de igual modo, de querer valorar todo aquello que supuestamente está haciendo para agradarte.

Bajo mi punto de vista, ahí encontramos un problema de enorme calibre en las relaciones actuales, buscamos esos detalles de forma apasionada, intentamos agradar tal cuento de Disney, y cometemos un grabe error: nos convertimos en actores, actuamos durante esos primeros meses de relaciones (algunos incluso duran años de gira) para finalmente ir degradando ese teatro y mostrando la realidad de cada persona, es ahí donde llegan las rupturas.

“Ha cambiado”, “ya no es como al principio”, “ya no me cuida igual”… son algunas de las frases más comunes cuando una relación comienza con dramatización acentuada.

¿Y por qué?, ¿por qué tenemos que actuar para impresionar o enamorar a alguien? No creo que esa sea la solución, pero, no me considero una persona acertada en el amor para poder dar clases de moralidad ni técnicas de enamoramiento, así que, y ya hilando con el miedo inicialmente explicado, creo que si fingimos de esa forma es, entre otros factores, por Miedo, miedo a no gustar, miedo a no cumplir con las expectativas, y sobre todo, miedo a la soledad.

Pero ese miedo a la soledad, ¿de dónde nos viene? Considero que hay dos factores que nos evocan a este miedo.

El primero de ellos, el factor interno del que hablábamos al principio, somos seres sociales, y por ello biológicamente necesitamos relacionarnos y tener un vínculo con nuestros semejantes. Cumplimos una de nuestras funciones vitales, la Relación.

Por otro lado, considero otro factor muy importante la cultura, vivimos rodeados de seres sociales, nos rodean relaciones constantes que nos van marcando interiormente y que nos sirven de modelo para intentar imitar en el futuro.

Y es aquí donde marco la acentuación de esta frase de hoy, no tengas miedo a soledad, nunca estarás solo, mírate, y como siempre digo y diré, para para observar, estas rodeado de personas que te apoya, te comprenden y sobre todo te acompaña en tu vida, y si no es así, cambia de hábitos, cambiar de ambientes, o simplemente cambia de actitud.

Y digo cambia de actitud porque es muy común el estar encerrado en una burbuja constante, donde la negatividad se agrava cada vez más y solo se perciben vibraciones negativas. Y por eso, antes de tenerle tanto miedo a la soledad, agárrate a ella y disfrútala, aprende a valorarte a ti, aprende a saber que necesitas realmente.

Será entonces, cuando comprendas que ese miedo a estar solo que tenías, no es un miedo, sino una virtud, la soledad es algo que ayuda a convivir con la persona más importante del mundo, contigo mismo.


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